El que no tiene de congo, tiene de carabalí, y sino
Por: Belkis Vidal .Telecubanacán .
Dice un viejo refrán: el cubano que no tiene de congo, tiene de carabalí. Yo, digo más: los cubanos tiene más que eso, son un verdadero ajiaco cultural; son el resultado de la mezcla de varias etnias que tiene su origen desde el propio descubrimiento de Cuba.
Entre las tantas influencias extranjeras que llegaron a la Mayor de las Antillas, está la presencia Asiática. Caibarién, municipio costero de la provincia de Villa Clara, recibió la influencia directa de la cultura china.
Las dificultades confrontadas con la trata esclava obligó a España a buscar nuevo mercado de fuerza laboral, así en 1847 se inició la trata amarilla, cuyos intermediarios fueron los ingleses.Entre 1847 y 1878 salieron de China con destino a Cuba 141 391 individuos, de ellos, 16 576 murieron en la travesía y los sobrevivientes se vendieron en La Habana como esclavos.
Los Culies , como se les llamó a estos inmigrantes llegaron a Cuba bajo un contrato de trabajo obligatorio por 8 años; aunque por las condiciones de semiesclavitud a que fueron sometidos la mayoría se rebeló ,otros se fugaron, una minoría se suicidó y el resto murió por enfermedades y hambre.
En 1860 se produjo otro tipo de inmigración, eran chinos libres, provenientes de California .Hacia 1875 los chinos representaron el 15 % de la fuerza laboral del país, incorporados al trabajo agrícola, industrial, comercial y doméstico.
Así, en 1860 en Caibarién ya habían 33 chinos portadores de nuevas costumbres, tradiciones y de una cultura milenaria. Comenzó para los caibarienenses un proceso de asimilación del arte asiática.
Según crónicas de 1892, la tradicional parranda de Caibarién, suceso cultural más importante de la localidad, donde se oponen los barrios “La Loma” y “La Marina”, recibió influencias de los chinos. Se dice que Chau Gomá, farolero de Cámara del Imperio Chino, construyó faroles para el barrio de “ La Marina”.El mástil del farol asiático a diferencia del tradicional que era recto, tenía forma de L invertida, lo que le proporcionaba más flexibilidad de movimientos al farolero y podían añadírsele más adornos y borlas al farol, dándole más belleza.
En la etapa republicana, y fuera de los festejos de las parrandas, con motivo de celebrarse el 10 de Octubre, día del inicio de las guerras por la independencia, fue exhibida en áreas del parque, La libertad la “Comparsa del Dragón”.
Estas tradiciones que tuvieron sus génesis en la etapa colonial han llegado hasta nuestros días. En varias ocasiones los diseños de las carrozas y trabajos de plazas de los barrios, “La Loma” y “la Marina” han sido temas chinos, donde ambos barrios han hecho galas de la belleza y autenticidad de esta cultura.
Pero la actividad comercial de Caibarién también tuvo la presencia china. Los inmigrantes asiáticos que se establecieron en la Villa se incorporaron activamente al quehacer comercial y a los servicios. La bodega “La Trocha” , propiedad de Antonio Chong, la tienda de Joaquín Wong, el bar “La Chinita” y “El Madrugón”,de Francisco Ley Chang,“La Estrella de Oriente”, así como, la popularmente conocida la “Tienda de Canuto”,las lavanderías y las fondas fueron algunos de los establecimientos comerciales chinos en la Villa Blanca; de gran aceptación popular. Además en Caibarièn fue parte de la cotidianidad los vendedores ambulantes con sus carretillas llenas de frutas y vegetales.
Vale mencionar el mayor establecimiento comercial chino en Caibarién, fue “La Japonesa”, situada cerca del parque “La Libertad”, propiedad de José Lou Jó, quien se estableció aquí, procedente de Cantón.”La japonesa”, fue una tienda mixta destinada a la venta de variedades de mercancías, desde ferretería hasta materiales de imprenta, objetos decorativos, porcelanas, telas, seda china, confecciones, prendas; en fin cualquier cosa podía uno encontrar allí. Después de 1917, dicen que debido a conflictos con Japón le cambiaron el nombre por el de “Casa Lou “, pero el pueblo le continuó llamando “La Japonesa”.
Como es de suponer este grupo de inmigrantes, aunque fuera lejos de su patria, trató de conservar sus creencias y tradiciones ancestrales. Por ello, según datos, antes de 1902 ya existían en Caibarién no oficializadas varias sociedades chinas, pero no fue hasta 1903 que se constituyó oficialmente la Sociedad Asiática de Caibarién, denominada “Nuestra Señora de la Caridad del Cobre”; nombre que se le dio solo para lograr autorización gubernamental.
En la actualidad aunque los descendientes chinos que viven en Caibarièn, no asimilaron del todo la cultura e idioma de sus ancestros, si mantienen algunas de sus tradiciones. La Sociedad China del centro y norte de Cuba mantiene relaciones con las instituciones culturales ,deportivas, y educacionales del territorio, donde han realizado diversas demostraciones en el parque con la Danza del Dragón.
También se practican deportes (Kung Fu, Tai Chi Chuan, Chi Kun), se dan masajes de recuperación, se practica la acupuntura y se celebran festividades tradicionales chinas como la llegada del año nuevo lunar, que puede ser a finales de enero o a principios de febrero, según el calendario lunar.
No hay dudas que los caibarienenses, gente buena, trabajadora; dueños de su propia identidad son el resultado de un verdadero ajiaco cultural. Ellos confirman que en Cuba, el que no tiene de congo, tiene de carabalí, y sino, de chino de Cantón.
0 comentarios