De mayo y otros recuerdos.

Mayo llega y con él,la impronta de grandes acontecimientos de la Revolución Cubana,y el recuerdo de dos hombres que atravesaron el umbral de la gloria.
Quiso el azar que en el mes de las flores,dos grande de la historia de Cuba abonaran con su sangre el tortuosos camino de la independencia de la patria .
Sendos nombres quedaron para siempre grabados en la memoria de un mes en el que también se enarboló por primera vez en Cuba,la bandera de la estrella solitaria y donde el campesinado se convirtió en dueño legítimo de la tierra .
La muerte en combate de Ignacio Agramante,el 11 de mayo de 1873 y la de José Martí el 19 de mayo de 1895 fueron dos momentos grises para el movimiento insurreccional cubano.
¡Que ironías tiene la vida ,que junto a un momento de placer,le sucede otro de amargo dolor.Fue así el destino de estos hombre,a quienes los unió no solo la pujanza de sus ideas y la grandeza de sus personalidades,sino también el destino fatal de sus tribulaciones.
Poco después de intensas jornadas de victorias políticas y militares ,el Mayor y nuestro Apóstol,fueron víctimas en contiendas bélicas diferentes de una mala racha.
Ambos fueron sorprendidos por la presencia enemiga en el campo insurrecto,los dos salieron a enfrentar la furia invasora y ambos fueron derribados de sus caballos tras el impacto de balas mortales .
Mayo guarda en su memoria el triste final de los cuerpo inertes del implacable abogado y guerrillero camamüeyano,Ignacio Agramonte y el del más universal de todos los cubanos,José Martí, quienes fatídicamente cayeron en manos del enemigo.
Quiso el capricho y las casualidades de la historia,que dos grandes iconos de la Revolución Cubana ocuparan un lugar de honor en el sitial de la gloria y que fueran las flores de mayo, la mejor poesía para avivar el recuerdo eterno de Ignacio Agramonte y José Martí .